El sr. Sixto Cedeño, hombre que reflejaba humildad y sencillez en su
hablar; profunda fe y entrega, durante muchos años estuvo a cargo de
ayudar a los sacerdotes en el servicio del altar y cuidar de los
ornamentos y aseo de la iglesia y sacristía de la casa de la Patrona de
Oriente.  Una persona que siempre demostró el amor a Jesús
Sacramentado y a Nuestra Señora del Valle.